Manifiesto comunero, otra brújula para nuestro tiempo

Por fin he tenido un rato para poder leer el manifiesto comunero, y tal como esperaba, no decepciona. Continuando el relato de los libros que los amigos de las Indias sacaron en verano, esta vez hacen un llamamiento a pasar a la acción enmarcándola en la comunidad igualitaria, haciéndola factible ya que esa acción forma parte de la actividad cotidiana, no requiere activismos que a su vez dependan de buscar más horas al reloj.  Se agradece cuando la tónica dominante son manifiestos para unirse a luchas en nombre de conjuntos gigantes vacíos y poco situados. Sugiere enterrar el desánimo que trae el estar parado y el ver a tu entorno sin un futuro, dotando de significado el acto de producir para los nuestros mediante el trabajo propio, con lo mejor que sabemos hacer: jugando, aprendiendo y modificando, conversando desde la parresía, entrelazando trabajo con satisfacción, y perdiendo el miedo a compartir. Valiéndonos de la economía directa y del modo de producción p2p.

Da la sensación que un futuro necesario y apetecible no queda tan lejos y que cada uno puede contribuir no con las horas marginales que le presta el horario de ocio sino contando con todas las horas que uno decida destinar a lo que le entusiasme pudiendo vivir de ello. Nos proponen abandonar el bote salvavidas para coger el timón del barco y empezar a dominar vientos y mareas.

De nuevo, el hecho de dar la receta para fundar y dinamizar comunidades igualitarias, se aproxima a la liberación del código fuente con la que hacer un fork para adaptarlo a las necesidades propias. Trasladándonos a la experiencia propia , en base a las propuestas, creo que no errábamos  el tiro cuando sugeríamos la dinamización de grupos de aprendizaje para situar factolab en la ciudad, puede que fallara el enunciado, el sitio, el momento, o la gente. Pero está claro que no hay que darse por vencido, creo que hay que recoger el guante del "tenemos un plan" de las indias, y hay que seguirlo con un "manos a la obra". Así que vamos a darle vueltas a como se implementa la propuesta en nuestra "zona de influencia", más cuando nuevos espacios han aparecido en la ciudad y piden a gritos relaciones que den fruto.

Seguro que dotar de herramientas federadas la conversación y el comunal(vía gnusocial-blogosfera), a nuestro radio de acción puede favorecer sin duda un nuevo paradigma. Y creo que lo primero que hay que pensar es en cómo producimos contextos, cómo alineamos engranajes, y que mejor que pensarlo aplicando la lógica de grupos de aprendizaje en el entorno de una escola d'estiu, tal como hace communia en cada verano: Se nos ocurre unos talleres de gestión de comunidades distribuidas (Distributed Community Manager) eso es como estructurar tu red distribuida de conocimiento para la generación de contexto más allá de las cifras y los ránkings. 

Volviendo al manifiesto me queda una duda que tal vez queda fuera del enfoque ¿Qué es lo que ocurre cuando la competencia entre sistemas pasa a ser confrontación? tal como pasó con el impuesto al sol, o cuando apareció el cánon aede u otras patentes de corso entregadas. Cuando se sepultan prácticas sobre las que se construyen comunidades a golpe de regulaciones, también se inyecta ese miedo que paraliza y que ciega, que a la larga deja tocada de muerte la experiencia comunal al vaciarla de contenido. Creo que obviar esta parte debilita capacidad de reacción ante las "desamortizaciones" y merma el (futuro) cuidado de las comunidades que habitamos, sin duda nuevos cercamientos van a ocurrir.

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